sábado, 31 de enero de 2009

PAISAJES MEDITERRANEOS DE IDA Y VUELTA. (15) AGUAS MILAGROSAS. (1) EL RIO JORDAN.

Al Este de Jericó (Israel), poco antes de la desembocadura del río Jordán en el Mar Muerto, hay un delicioso remanso llamado Makahdet Al Hijla. Se trata de un pequeño meandro de agua en medio del desierto que no parece haber sufrido cambios en los últimos dos milenios. Permanece libre de edificaciones y es un paraje de gran belleza, sombreado por sauces y eucaliptos.

Capillas y monasterios de distintas religiones se han alzado milenariamente en las colinas circundantes. Desde ellos llevan bajando sacerdotes desde hace muchos siglos para administrar a sus fieles el bautismo por inmersión. Los etíopes venían celebrando este rito al ritmo de los tambores. Los egipcios coptos al cumplir los niños los cuarenta días y al ritmo del sistro (un instrumento musical antiguo con forma de arco o herradura, atravesado por unas varillas que se tocan con la mano), los ortodoxos griegos recurrían a una triple inmersión mientras cantaban antiguos salmos,…

Volviendo a este lugar donde se bautizó Jesús, hay que decir que, desde la guerra de 1967, es una zona militar cerrada, rodeada de campos minados, frontera entre Israel y Jordania.
Las autoridades israelíes abren sólo la orilla de su lado del río Jordán, y únicamente para los católicos, durante el último jueves de octubre de cada año. Miles de fieles acuden entonando salmos en una procesión de ambiente festivo, aunque está vigilada estrechamente por el Ejército . Participan en una misa que se abre con una petición por la paz en la región. La homilía recuerda el pasaje del Nuevo Testamento que reza: Juan predicaba, diciendo: “Detrás de mi vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”. En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección”» Mc 1,7-11.

Tras la misa los peregrinos ascienden al Monte de las Tentaciones, donde, según la tradición, Cristo pasó cuarenta días y fue tentado tres veces. En este lugar se oficia una nueva misa y se da por terminada la peregrinación.

Como sólo hay un pequeño embarcadero, que no está preparado para baños multitudinarios, la muchedumbre tiene que emular a Jesús bajo el agua de duchas y varias zonas preparadas para la celebración de las ceremonias bautismales, con el fin de que distintos grupos puedan realizarlas simultáneamente. Eso sí, hay junto al embarcadero hay una enorme tienda de recuerdos.
Además, los padres franciscanos, custodios de los Santos Lugares, son los encargados de hacer acopio de varias garrafas de agua, que se encargarán de purificar y distribuir entre los creyentes que acuden a su convento en la ciudad vieja de Jerusalén. Esa misma agua, metida en pequeñas y antiguas botellas con la insignia de la Cruz de Tierra Santa, símbolo de la Custodia de los franciscanos, se envía a la Casa Real española cada vez que nace un nuevo miembro.
En la otra orilla, las autoridades jordanas han acondicionado un parque arqueológico bautismal. El 6 de enero, día en que la iglesia ortodoxa celebra la festividad de San Juan Bautista, acuden en procesión miles de cristianos de las iglesias griega, Siriaca, Etíope y Copta. Las mujeres van vestidas de riguroso negro o con túnicas blancas adornadas con cruces. Además de mojarse con la venerada agua del Jordán y recogerla en botellas, los peregrinos encienden velas, rezan y piden la bendición a los popes, que les dan a besar sus cruces o, incluso, una paloma blanca.

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