jueves, 14 de febrero de 2008

LAS SELVAS ARTIFICIALES DE LA COSTA DEL SOL. EL PARQUE ZOOLOGICO DE FUENGIROLA.

La Costa del Sol de Málaga cuenta con una quincena de parques de animales a principios del siglo veintiuno, la mitad de los existentes en Andalucía. Estos son una prueba evidente del peso alcanzado por la civilización del ocio y el entretenimiento, similar a otras grandes áreas turísticas del Mundo. Pero también, de una amplia tipología de instalaciones para exhibir animales, desde aquéllas que simplemente los encierran en jaulas o los usan indiscriminadamente para espectáculos, a las más modernas, que son pequeñas isla de naturaleza, dedicadas – junto a las funciones de ocio y educativas - en el denominado “imperio de ladrillo”, destinadas a la conservación y cría en cautividad de especies animales amenazadas.

Como hemos expresado más arriba, su tipología es cada vez más diversa; desde parques zoológicos ejemplares como los de Fuengirola y el Molino del Inca de Torremolinos, a los acuarios como Selwo Marina o Sea World Life, pasando por parques safaris como Selwo Aventura (Estepona) y espacios temáticos como Lobos Park (Antequera) o Cocodrilos Park.

Detengámonos en el parque zoológico de Fuengirola. Con 1.400 animales de más de 150 especies, es el refugio de unas 30 especies de animales de los que apenas quedan varios cientos o miles de ejemplares en todo el mundo. Especies que están seriamente amenazadas por culpa de la desaparición de sus hábitats naturales. Aquí han encontrado un lugar perfecto para poder vivir en familia ajenos a los peligros que acechan a su especie en el exterior.

Nada más entrar en el recinto se entra en la atmósfera del bosque tropical malgache (o de la Isla de Madagascar).
Un milenario baobab sorprende al visitante. Es un espectacular árbol africano de 26 metros de altura y 50 de perímetro. Acoge en sus entrañas a los sitatungas - unos estilizados antílopes acuáticos que utilizan sus raíces como dormideros -, y bajo su copa se mueven los dóciles primates llamados lemures – con colas en forma de anillo- que se acercan sin pudor al público, las tortugas y los flamencos rosa.
Una vez realizado el recorrido por Madagascar, el visitante accede hasta la recreación de un río de la selva del África Ecuatorial, donde se aprecian sus diferentes ecosistemas de abajo hacia arriba.
Aquí conviven numerosos tipos de aves (algunas bastantes raras) como los patos silvadores, las gallinas pintadas o de Guinea, los flamencos enanos, los ibis sagrados, los pelícanos, las grullas coronadas y las cigüeñas del Senegal. Y junto a ellas, los hipopótamos pigmeos y los cocodrilos del Nilo. Estos animales pueden pasar de los cinco metros de longitud y son unos depredadores insaciables. El público puede verlos de cerca a través de un cristal que no evita un cierto miedo o desde una zona superior sin ninguna barrera.
Bajo la protección de la penumbra del bosque ecuatorial residen otras criaturas fascinantes como los puercoespines –que erizan sus púas cuando intuyen el peligro de las aves más grandes-, una pareja de duiker azul - un antílope del tamaño de un conejo -, potamoqueros - parecidos a jabalíes -, mangostas, leopardos, leones y elefantes. Finalmente, en lo alto de la enramada aparecen revoltosos chimpacés, junto con los cada vez más escasos gorilas y los chillones y coloristas mandriles.
Otro sector del zoológico reproduce la que se denomina “selva escondida” del Sudeste asiático. Se ha recreado en torno a la reproducción monumental del impresionante templo indomalayo de Angkor y de unas minas abandonadas, que está rodeada por cascadas, ríos, rocas y selvas.

Desde las ruinas una cascada lleva al visitante hasta un pequeño río, donde viven criaturas como los cormoranes, las nutrias de uñas cortas, el pez arquero o el saltarín del fango - un pez que puede vivir varias horas fuera del agua -. En los sotos próximos conviven el tapir malayo y el falso gavial (un enorme cocodrilo con el morro afilado). Finalmente, en el manglar cercano(o bosque monzónico de Camboya).hay otras muchas especies. Entre ellas, los impresionantes orangutanes de Borneo, que habitan el dosel de un bosque que también comparten al anochecer con los dhole -cánidos rojos que viven en manada como los lobos-, y los insectos palo - casi imposibles de distinguir entre la vegetación –. En el suelo de la espesura del bosque encontramos familias del enano ciervo ratón - del tamaño de un conejo pero considerado en los cuentos tradicionales de oriente, como un animal de enorme inteligencia -, junto a los tigres de Sumatra(quedan 400 en el Mundo)y los leopardos de Sri Lanka. Estos felinos, a los que se puede ver desde varios puntos, husmean a los visitantes tras lo que, en apariencia, son cañas de bambú, pero que, en realidad, esconden sólidas barras de hierro que evitan cualquier riesgo. Finalmente, de nuevo en las copas altas, observamos tribus del primate gibón de mejillas doradas - que saltan hasta 8 metros de altura y dan brazadas aéreas de 15 metros de largo-, el orangután de Borneo (con menos de 10.000 congéneres) y los zorros voladores - unos enormes murciélagos con más de dos metros de envergadura –. Todos estos animales están en peligro de supervivencia por la tala masiva de sus selvas de origen para plantaciones de palmeras aceiteras.
Por si fuera poco, es el segundo zoológico nocturno del mundo, tras el de Singapur (Malasia). En verano ofrece la posibilidad de experimentar la vida nocturna de los bosques tropicales. Una oportunidad única de adentrarse en las selvas de África y Asia bajo la luz de la luna y sorprenderse con sus exóticos habitantes.

Antes de la remodelación del zoológico (año 2000) la mayoría de los animales se reproducían esporádicamente en jaulas, bien aislados o en parejas. Muchos de ellos, con los años de cautiverio, habían desarrollado comportamientos agresivos, estereotipados y totalmente anómalos, que habían llegado incluso al infanticidio.
Sin embargo, la actual empresa gestora - Rain Forest - está obteniendo cifras records en la cría en cautividad de especies animales raras y en peligro de extinción, que antes se habían reproducido con escaso éxito. Aquí nacen anualmente cerca de cien nuevas especies y de ellas, unas treinta apenas se habían reproducido en cautividad anteriormente. El zoológico de Fuengirola suele ponerse de ejemplo en los foros nacionales e internacionales por sus múltiples programas de cría en cautividad de especies en peligro de extinción. Estas especies son sumamente valiosas, pero no económicamente sino genéticamente y biológicamente, ya que muchas están en peligro de extinción en el mundo, por eso hay que preservarlas a toda costa. El objetivo último es proteger los ecosistemas de los bosques tropicales de donde provienen, en continua recesión y, si se puede, devolver algunas de ellas a sus lugares de origen.
Revistas internacionales tan prestigiosas como Times y Nacional Geographic coinciden en que muchos animales en peligro están encontrando su nuevo hogar en esta selva artificial costasoleña.

¿Cómo se ha logrado ?
Gran parte de este éxito del Parque Zoológico de Fuengirola radica en que las instalaciones han dejado de tener la exhibición de animales como única y principal función. Todo el recinto se ha convertido en un gran laboratorio al aire libre destinado a la reproducción en cautividad para su conservación de especies animales en peligro de extinción.

Antes los animales vivían aislados y encerrados en estrechas, aunque limpias, jaulas, donde parecía bastar con darles de comer. En este triste cautiverio no se daban las condiciones mínimas de muchos animales para traer descendencia a este mundo. La mayoría no tienen alma de ratones hamsters. Los grandes mamíferos - como el tigre o el orangután - tienen unos requerimientos mínimos para aparearse y éstos, obviamente, no se dan en un cubículo de 50 metros cuadrados con rejas, suelo de hormigón y decenas de miradas escudriñándolos.

Se ha diseñado un nuevo Parque Zoológico cuya principal finalidad es conseguir la mayor comodidad posible en la vida cotidiana de sus singulares habitantes:
Han desaparecido las estrechas jaulas y se han creado en su lugar ríos, cascadas, curvas y rocas, praderas y bosques, que recrean artificialmente los hábitats naturales de los animales que viven en el zoológico.

Más de 150 especies vegetales se han plantado en los diferentes sectores del parque. Los animales tienen aquí sus sitios para esconderse y dormir, donde hacer vida familiar y sentirse rodeado de sus vecinos habituales. En cada ambiente (la selva ecuatorial, el bosque malgache, el bosque monzónico o los ríos tropicales) cada animal está rodeado por los mismos animales que en su ambiente natural. Insectos, reptiles, anfibios, aves y mamíferos conviven en el mismo espacio.

Entre los teóricos este diseño se denominada “zoo-inmersión”, ya que representa fielmente el entorno natural de los animales.

Los visitantes se internan en este Parque zoológico soslayando la anterior separación mediante fosos y jaulas. Cada tronco, cada roca, cada cascada y cada árbol sumergen al visitante en un mundo mágico el que se siente observado por los habitantes de los bosques tropicales. Se trata, pues, de una instalación pionera y vanguardista en Europa. Sin embargo, no es la única del Mundo, ya que se inspira en los zoos estadounidenses más punteros, como los de la ciudad de Seattle, el del desierto de Sonora (Arizona) y el del Reino Animal de Disney (Orlando), en los que prima el bienestar del animal

El hecho de que varias especies animales compartan un mismo ambiente, como sucede en la naturaleza, garantiza además un grado de estimulación en los animales similar al existente en la vida en libertad, y de ahí que hayan crecido rápidamente los apareamientos y crías nacidas de todas las especies que habitan el zoológico.
Otro de sus milagros es el régimen de alimentación. La vegetación crea vida, los brotes de los ficus y los dátiles de las palmeras son aprovechados para nutrirse por algunos animales. No obstante, para dar de comer a los 1.400 animales del Parque Zoológico se necesitan a diario casi cien kilos de carne, verduras y frutas. Un cocinero profesional planifica sus dos comidas diarias. Todo está estudiado al detalle para que ni engorden demasiado ni se queden con hambre. Pollo y ternera para los felinos, fruta y verdura para los primates, pescado para las nutrias, e insectos para las aves. Desde que amanece la cocina tiene una actividad frenética. Cada animal sigue una dieta específica rica en vitaminas, calcio y proteínas. Aunque también hay que atender los gustos más sibaritas de especies como el gorila, que prefiere la col y la lombarda hervida a la natural.
Finalmente, algunos animales reciben sesiones de enriquecimiento para estimularlos y que no se vuelvan pasivos, y cada día sus cuidadores se encargan de que su refugio esté en las mejores condiciones.

Junto a su adecuada cría en cautividad, los animales cumplen una función recreativa que va unida a la educativa. La tarea educativa y divulgativa es, junto a la de conservación, una de las principales líneas de negocio. Acuden anualmente más de 60.000 escolares andaluces, y miles de personas perteneciente a asociaciones de mayores, de madres y padres o vecinales.

Todo el recorrido está pensado para poder ser realizado por gente de todas las edades, con una sucesión de suaves rampas y zonas de descanso que hacen que aquellas personas con algún tipo de minusvalía motriz lo puedan transitar sin esfuerzo. Es un agradable paseo de unas tres horas de duración, por amplios espacios que se abrazan a la naturaleza recrean bosques en el que animales y visitantes se encuentran sin barreras.
A la manera de instalaciones pioneras como el Sea World de San Diego (California, Estados Unidos) a los visitantes se les pretende involucrar en la necesidad de conservación de los bosques tropicales y ecuatoriales. Se intenta que los visitantes realicen talleres en los que deben recapacitar sobre todo lo que han visto.
Los más pequeños aprenden aquí que el mundo no es sólo de los hombres, sino que también tienen su espacio los animales y las plantas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy un zoologc. Vaya que si